Después Leeds, después Birmingham, después Liverpool.
Pero primero. Lewisham, Peckham, Camberwell, Brixton.
Primero le han llamado disturbios raciales. Veremos. Se dan y se darán muchos paralelismos en los próximos días. Se hablará de las riots de los primeros ochentas -la evidencia obliga con los tories en el poder-, de la importancia de la crisis, del vandalismo, de la policía. Pero primero Lewisham, Peckham, Camberwell, Brixton. Para entender lo que pasa hay que entender no solamente la chispa, sino dónde se origina. Tottenham como excusa, pero sobre todo Pechkam. Lewisham. Camberwell. Brixton.
Durante dos años, fueron mi residencia habitual en Londres. Mientas escribo esto recuerdo perfectamente las calles y debo decir que pocos lugares más aterradores he conocido que Peckham, y eso que he vivido en ciudades latinoamericanas que poseen detector de metales en las discotecas. Pero nunca, y quiero decir, jamás, he pasado tanto miedo como en una sala de cine en Peckham a las cinco de la tarde. Y no era por la película. Era la sensación de impunidad absoluta.
El sur este de Londres es peculiar. Peckham y Lewisham forman parte de ese sur que tradicionalmente, es una zona obrera que no tiene nada que ver con el norte. Un poco más arriba de estos barrio está Bermondsey, espacio de inmigrantes irlandeses pobres. Pero Lewisham y Peckham se convirtieron en el lugar de refugio africano y caribeño entre los años ochenta y noventa, un espacio increiblemente empobrecido. Las council estates, tradicionalmente el lugar de residencia de la clase obrera blanca, fue dejando paso en Peckham y Lewisham a la inmigración afrocaribeña. Quien ha visto una council state de Peckham no la olvida. Te grita.
Veamos qué te grita. Aquí, un resumen de los últimos veinte años, para el que no se sepa el guión:
- Clase: Como explica Nina Power, el Reino Unido se ha convertido en el lugar con menor mobilidad social del mundo industrializado. Si naces pobre, tienes todos los números para ser pobre toda la vida. En Peckham la tasa de pobreza es la más alta de toda la ciudad.
- Miseria: Los recortes sociales en el Reino Unido han ido socavando a la población desde los años setenta y, a la par han ido los estallidos. Hace unos meses fueron los estudiantes. Ahora, esto. Lewisham ha sido uno de los barrios dónde se han dado los primeros brotes de violencia. Ahí, la tasa de mortalidad infantil dobla la del resto del país y su hospital entró en alerta roja el año pasado ante la imposibilidad de atender adecuadamente a los pacientes. El espacio asemejaba ya hace diez años el de una zona de guerra.
- Bling bling: Los noventa en el Reino Unido fueron los años de la cultura del enriquecimiento. Una sociedad tradicionalmente austera se sacó la careta y fue animada a gastar y a endeudarse. En Lewisham, Peckham y Camberwell nadie puede gastar ni ha podido gastar nunca. Pero que nadie se extrañe de que se estén arrasando comercios de venta de aparatos electrónicos. No poder gastar no quiere decir no poder desear.
- Injusticia social y policía: la chispa ha sido una muerte a todas luces injustificada a manos de la policía. El Reino Unido tiene una larga historia de violencia policial, que ha escalado en los últimos veinte años sin que nadie haya pagado por ello. Hasta 333 muertos bajo custodia policial desde 1998. Pero también, casos famosos de encubrimiento policial: el caso de adolescente Stephen Lawrence, acuchillado mientras esperaba el autobús se hizo famoso. Nadie fue encausado y una comisión acabó determinando que la policía metropolitana había actuado de manera “institucionalmente racista”. Sí, Stephen Lawrence era negro. Y de Eltham. Que está, por supuesto, pegado a Lewisham.
Violencia institucional. Pobreza inherente. Miseria. Y una sociedad que te restregaba un estilo de vida mientras te escupía que jamás lo podrías tener.
Claro que Peckham grita. Lleva años gritando que todo iba a arder. Qué sorpresa.
LUCÍA LIJTMAER
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